Rudraprayag


El viaje a Rudraprayag no fue especialmente productivo, aunque no por ello exento de peligros. A un trayecto en todoterreno le siguió uno en elefante, para alegría de Elizabeth Shawn y desagrado de los demás.

Conocieron de primera mano los peligros de la jungla cuando un tigre atacó a la cabina del elefante, y aunque pudieron dar buena cuenta de él, Ranjit fue el que se llevó la peor parte, recibiendo un disparo fortuito de Claremont Evans.

Transcurrieron un par de días en la apacible y rural Rudraprayag hasta que se dieron cuenta de que allí no había tela que cortar y regresaron a Nueva Delhi para tomar rumbo a Calcuta.

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